El 13 de marzo, como es tradición en nuestra casa salesiana, los estudiantes que ingresaron este 2024 recibieron la bendición por parte del Director de nuestro colegio P. Víctor Mora sdb. En una liturgia, preparada por el área de Pastoral encabezada por el P. Marcelo Rojas sdb. contó con la presencia del Consejo de Coordinación y representantes de los otros estamentos de nuestro colegio.

En este marco, el Padre Director junto con indicarles que los estábamos esperando, que Don Bosco los estaba esperando, agradeció la presencia de cada uno de los estudiantes y sus familias por la confianza en nuestro proyecto educativo. Junto con ello, en su mensaje les explicó que como comunidad estamos para desearles el bien, para pedirle a Dios que bendiga la vida de cada uno de los estudiantes, como una invitación personal en donde cada uno de los que llega a este colegio viene tomado de la mano de María Auxiliadora, representada en cada padre, madre, abuelo que buscan el bien para sus hijos. Recalcó, también, que es Jesús quien guía nuestro proyecto educativo, tal como nos dio el mensaje del evangelio leído sobre el buen pastor, en este colegio, prosiguió, encontrarán en cada educador un pastor que dará todo para que sus hijos se desarrollen plenamente. Para finalizar los llamó a ser parte del carisma salesiano, el que busca que nuestros estudiantes sean felices, comprometidos, que se amen y amen a los demás, que sean esforzados por que Dios les ha dado todo.

En esta misma línea, el Rector de nuestra casa sr Walter Oyarce se dirigió a los presentes destacando que este signo de acogida a los jóvenes que se integran a una gran familia que en 132 de historia ha formado a jóvenes a los cuales se busca entregar herramientas para enfrentar la vida, haciendo carne el lema que nos dejó Don Bosco, ser buenos cristianos y honestos ciudadanos. Junto con saludarlos, les deseó que el colegio sea una casa que logre transformarse como una escuela para la vida, una parroquia que evangelice y les permita crecer en el amor y la fe en Dios, que se puedan sentir acogidos sintiendo que con parte de una comunidad, no solo los jóvenes sino también sus familias, y que encuentren un patio para recrearse y encontrar amigos para lo largo de la vida.

Junto con la bendición, los jóvenes recibieron, de mano de sus profesores jefes, una piocha de María Auxiliadora como signo de pertenencia a una casa salesiana.